La liebre y la tortuga

(Ilustración de Milo Winter en una antología de Esopo de 1919)

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Cierto día, una liebre se burlaba de las cortas patas y la lentitud al caminar de una tortuga, pero ésta replicó:

- Puede que seas veloz como el viento, pero yo te ganaría en una carrera.

La liebre, totalmente segura de que era imposible que sucediera tal cosa, aceptó el reto.

Llegó el día de la carrera. La tortuga, a su paso lento pero constante, avanzaba tranquila hacia la meta. En cambio, la liebre, de vez en cuando se tumbaba a descansar por el camino, hasta que en uno de tales descansos se quedó dormida. Cuando despertó, corrió todo lo veloz que pudo, pero la tortuga ya había llegado a la meta y ganado la carrera.

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La liebre y la tortuga es una fábula atribuida a Esopo, reescrita posteriormente por otros fabulistas como La Fontaine y Samaniego.